El cinismo de la Pequeña Bretaña y sus consecuencias

Una vez más la humanidad se encuentra frente al cinismo de uno de los que en otrora fue un Imperio que trataba a otros países con arrogancia y desprecio y que en la actualidad todavía no se ubica ni en el tiempo ni en el espacio, pues su petulancia ya no tiene cabida en un mundo en que los países se ciñen a normas de respeto mutuo y de igualdad.

Es tal su desubicación que el último marzo, a través de su primer ministro, sra. Theresa May, se atrevió a poner un ultimátum a Rusia, a la potencia euroasiática, para que esta explique el caso concerniente al envenenamiento de un ex agente del Departamento Central de Inteligencia (GRU, por sus siglas en ruso) en tiempos de la desaparecida Unión Soviética y de su hija, que tuvo lugar en la ciudad británica de Salisbury.

Nos referimos a Serguei Skripal, de 66 años de edad, ex Coronel del GRU, procesado por traición a la patria, y de su hija de 33 años de edad, Yulia Skripal, quienes el 4 de marzo pasado fueron envenenados con una sustancia tóxica desconocida en el marco de una de esas historias de espías al estilo de los servicios de “inteligencia británico”.

Hablamos de cinismo porque Theresa May tuvo el descaro de mentir a la opinión pública a través de los medios de información masiva que están al servicio de las grandes capitales, declarando que los Skripal fueron envenenados con una sustancia tóxica que no existe, que ella misma denominó novichok y que, según su opinión, procede de Rusia.

A esas declaraciones se sumaron al unísono las de los Ministros de Relaciones Exteriores, del Interior y de Defensa del Reino Unido, Boris Johnson, Amber Rudd y Gavin Williamson, correspondientemente, cuyo nivel profesional es cuestionable.

Por ejemplo, Boris Johnson, hace dos años atrás, comparó la Unión Europea con la ex Alemania nazi y hace poco con tremenda ligeraza comparó el Campeonato Mundial de Fútbol que tendrá inicio el próximo mes de junio en Rusia con los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, durante el periodo del Tercer Reich, olvidándose que la selección inglesa en aquella ocasión hizo el saludo nazi frente a 110 mil espectadores en el estadio Olímpico de Berlín en mayo del año señalado.

Amber Rudd dimitió a fines de abril pasado por su gestión concerniente al escándalo desatado tras conocerse el trato del Gobierno británico a la llamada generación Windrush, residentes de origen caribeño “erróneamente” tratados como inmigrantes en situación irregular.

Gavin Williamson que nunca tuvo una relación con temas de Defensa del país, usa un lenguaje burdo cuando se refiere a Rusia nada adecuado a una figura que representa dicha cartera.

Las declaraciones de las figuras antes mencionadas entre otras, testimonian que no ha quedado nada de esa diplomacia exquisita, fina, culta y profesional con la que se caracterizaba el otrora Imperio británico.

Los acontecimientos ulteriores al envenenamiento de los Skripal han dejado de manifiesto que el mismo es una simple y barata escenificación teatral. Entre dichos acontecimientos podemos citar los siguientes:

◘ Theresa May y compañía acusaron a Rusia de estar implicada en el caso Skripal sin antes recibir los resultados de las investigaciones al respecto que, a propósito, durarán varios meses, según la parte británica,

◘ La negativa del gobierno británico a la propuesta de ayuda en las investigaciones, propuesta hecha por Rusia,

◘ La negativa de entregar a las autoridades rusas una muestra de la sustancia tóxica para determinar su procedencia,

◘ La velocidad con la que los especialistas en cuestiones químicas acudieron al lugar del siniestro, al parecer tenían conocimiento de que se preparaba el ataque contra Skripal, pero no lo pudieron evitar y, posiblemente, lograron darle el antídoto, lo que significa que de antemano también sabían con qué sustancia tóxica lo envenenarían, según Annie Machon, ex oficial de inteligencia del MI5 (Servicio de Inteligencia del Reino Unido),

◘ La vulneración del artículo IX (Consultas, cooperación y determinación de los hechos) de la Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre su destrucción,

◘ Las afirmaciones de Boris Johnson “basadas en los resultados recibidos del Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa de Porton Down” acerca de que Rusia está directamente implicada en el envenenamiento de Skripal con el agente neurotóxico pese a que el jefe de la citada institución científica, Gary Aitkenhead, declaró semanas antes en una entrevista con Sky News que no se pudo determinar que dicho agente procedía de Rusia. Con esta declaración Aitkenhead se vio obligado a proteger la reputación del laboratorio, puesto que las instituciones quedan con el transcurrir de los años, mientras que los políticos llegan y se van,

◘ La cremación de las mascotas (conejillos de Indias y un gato) de Serguéi Skripal en vez de conservarlas en un contenedor hermético para presentarlas luego como pruebas reales de que se usó un agente neurotóxico de procedencia supuestamente conocida,

◘ El Tribunal Supremo de Londres permitió tomar una muestra de la sangre de los Skripal para que sea sometida a un análisis independiente a cargo de la organización para la prohibición de armas químicas. En el veredicto de los jueces hay una referencia a la conclusión de expertos británicos del Laboratorio de Porton Down, en la que escriben que el resultado de los análisis es positivo en lo que se refiere a la presencia del agente neurotóxico “novichok” o algo referente a este. No se hace mención de la posible implicación de Rusia en este caso.

◘ Tras el escándalo quedó al descubierto que por lo menos 20 países, según expertos internacionales, pueden producir el agente neurotóxico que se le adjudica a Rusia. Entre esos países se encuentra EEUU y el mismo Reino Unido sin necesidad de ir muy lejos.

En el caso de EEUU podemos citar a Vil Mirzayánov, científico de nacionalidad uzbeka (soviético), especialista en armas químicas, quien tiene un libro que contiene decenas de cientos de fórmulas, entre estas la fórmula A234 que sirve de base para crear un tipo de arma química. Cualquier internáuta tiene acceso al mencionado libro cuyo precio es de apenas 28,45 dólares.

Además de ello, “EEUU también pudo desarrollar la sustancia objeto de discusión, ya que sus especialistas tuvieron acceso a dicha información durante la destrucción de la misma en los almacenes de Uzbekistán después de la desintegración de la Unión Soviética”, destacó Machon.

Según declaraciones de Mirzayánov al canal de televisión BBC, dicha fórmula puede ser sintetizada en otro país y ser usada para crear armas químicas, pero esto es muy costoso, requiere de una gran inversión, equivalente o mayor a los 48 millones de libras esterlinas que actualmente el gobierno británico está haciendo para la creación de un nuevo Centro de Defensa contra Armas Químicas, según declaraciones de Gavin Williamson, tras las cuales Boris Johnson reconoce que el gobierno británico dispone del agente neurotóxico que denomina novichok.

Si profundizamos en las declaraciones del brillante ministro de Defensa británico, se podría concluir que el nuevo Centro del que habla se está organizando dentro del Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa de Porton Down, según las imágenes satelitales del ministerio de Defensa de la Federación de Rusia.

Cabe destacar que en el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa de Porton Down, ubicado a unos 15 minutos de la ciudad de Salisbury, existe “un altísimo nivel de control de seguridad”, según el Jefe del Laboratorio Gary Aitkenhead.

“Nos hubieran prohibido trabajar, si hubiéramos perdido el control o hubiera salido algo fuera de las cuatro paredes de este laboratorio”, destacó Aitkenhead, reconociendo así que se están desarrollando y estudiando agentes de armas químicas, incluido, al parecer, el A234 con el cual, según fuentes oficiales británicas, fueron envenenados los Skripal.

No existe ni existió un agente neurotóxico con el nombre novichok. Éste es un nombre clave para denominar y registrar así programas de armas químicas, que incluyen métodos de suministro, tecnología de aplicación, principios de elección del objetivo, técnicas de seguridad, antídoto y otros más.

Utilizar 50 o 100 gramos del agente neurotóxico con el que envenenaron a los Skripal, como lo declaró el Director de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, Ahmet Uzumcu, en una entrevista con The New York Times, sería suficiente para matar a todos los habitantes de Salisbury.

“¡Qué barbaridad! Tremenda dosis habría tumbado toda Salisbury”, según el químico Leonid Rink, uno de los desarrolladores de ese tipo de agentes en tiempos de la Unión Soviética.

En realidad toda esta payasada de la Pequeña Bretaña, ya que no es digna de una “Gran Bretaña”, tiene muchas razones:

♦ Minar la autoridad de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU para emprender junto con EEUU y aliados, como ya es de costumbre, una nueva alevosa aventura bélica Siria a fin de reducir la influencia rusa en Medio Oriente, dividiendo países y apoderándose de sus riquezas, generando el caos en esta región;

♦ Seguidamente, la OTAN continuará extendiendo su influencia geopolítica para reducir aún más la influencia de Rusia en Asia Central, región rica en gas y petróleo.

♦ Después de que la organización bélica haya saqueado las regiones antes mencionadas, se encenderá la mecha en Ucrania a fin de que ésta entre en guerra con Rusia y así reducir su influencia en la zona euroasiática.

♦ Una vez creada las situaciones descritas en líneas arriba, ya con una Rusia enfrascada en conflictos bélicos, político-económicos y geopolíticos, las potencias occidentales avanzarían con sus planes de invadir otros países ricos como por ejemplo Venezuela y demás que no respondan a los intereses de las potencias occidentales.

Todo esto, “claro está”, en nombre de la democracia y la libertad de expresión y de todos esos valores que Occidente difunde en el mundo por medio de la fuerza, la mentira, el doble estándar de sus políticas y el derramamiento de sangre como en el caso de Irak invadido por EEUU y sus aliados gracias a una mentira como la que se está montando en torno a Rusia.

Cabe destacar que el caso de Irak es uno de los tantos registrados en el mundo, cuya autoría es de conocimiento de la comunidad internacional que no es la de 20-30 años atrás, fácil de contarle cuentos y manipularla al antojo de otros. Pues ésta exige respeto y el mismo trato que a los demás se les da.

Ricardo Zedano