.
A través de una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, el Reino de Marruecos esclarece las causas reales de la crisis diplomática marroquí-española, subrayando que el fondo de esta crisis es la ruptura de confianza tras la revelación de las segundas intenciones hostiles de España con respecto a la causa sagrada de todas las fuerzas vivas de la Nación marroquí, que es el Sáhara.
Según esta declaración, la crisis actual entre ambos países no está limitada al asunto del escándalo de la acogida por España de un individuo requerido por la justicia española, acusado de graves delitos de violación de Derechoso Humanos, crímenes contra la humanidad, torturas, secuestros, violaciones, entre otras atrocidades, bajo una identidad usurpada y un falso pasaporte argelino.
Aunque el 1 de junio próximo, el llamado Brahim Ghali comparecerá finalmente ante la Audiencia Nacional para declarar sobre los delitos que cometió contra las numerosas víctimas de nacionalidad española en el suelo español, esta comparecencia no representa el fondo de la grave crisis entre los dos países vecinos y es sólo una evolución de la cual Marruecos toma nota, a la espera de las legítimas expectativas de recibir una aclaración, sin ambigüedades, por parte de España de sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones.
La actual crisis no ha comenzado con la llegada ilegal y secreta de este potencial criminal que es el reflejo del grupo separatista del “polisario”, ni terminará con su partida. Se trata, ante todo, de una cuestión de confianza y de respeto mutuo rotos entre Marruecos y España.
Considerando que esta crisis sin precedentes plantea también una cuestión de coherencia del Gobierno español, quien irónicamente lucha contra el separatismo en su casa y al mismo tiempo lo quiere fomentar en el país vecino, Marruecos declaró que nunca ha instrumentalizado el separatismo, ni lo ha usado como moneda de cambio en sus relaciones internacionales, particularmente con sus vecinos.
Durante la crisis catalana, Marruecos no optó por la neutralidad, sino que fue uno de los primeros países en ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional de España de forma clara y contundente.
El caso del denominado Ghali ha revelado las actitudes hostiles y las estrategias perjudiciales del Reino de España hacia la cuestión del Sáhara marroquí, al manifestar la connivencia de Madrid con los adversarios del Reino para socavar la integridad territorial de Marruecos.
El Reino de Marruecos ha demostrado siempre su solidaridad hacia España. La historia reciente muestra que ha habido numerosos gestos en este sentido. En 2002, por ejemplo, cuando se hundió el petrolero “Prestige”, Marruecos abrió generosamente sus aguas territoriales a 64 barcos de pesca de la región de Galicia. En 2008, cuando España estaba en plena crisis económica, Marruecos concedió derogaciones para recibir con los brazos abiertos a los trabajadores y empresarios españoles, permitiéndoles instalarse y trabajar en Marruecos.
Cabe recordar también que, en medio de la crisis catalana, España siempre ha podido contar con Marruecos, quien ha defendido sin reservas la soberanía nacional y la integridad territorial españolas a través de sus acciones, cómo la prohibición de la entrada de separatistas catalanes en Marruecos o la prohibición de todo contacto entre el consulado marroquí en Barcelona y el movimiento separatista catalán y a través de sus tomas de posición claras y sus comunicados de apoyo.
El mismo espíritu de solidaridad ha prevalecido siempre en la cooperación en materia de seguridad y en la lucha contra la inmigración ilegal. Desde 2017, Marruecos abortó más de 14.000 intentos de migración irregular, desmanteló 5.000 redes de trata y evitó innumerables intentos de asalto.
En este sentido, el Reino de Marruecos insiste en esclarecer que la crisis diplomática ha sido provocada por el Reino de España, y rechaza firmemente las acusaciones de “chantaje” y el intento de desviar la atención pública sobre los reales motivos de las tensiones existentes entre ambos países, al instrumentalizar el fenómeno migratorio y lo ocurrido en el presidio ocupado de Sebta, que lo único que refleja es que el 99% del esfuerzo en la lucha contra la inmigración ilegal lo hace Marruecos, contra nada del otro lado.
Marruecos considera deplorable el doble lenguaje de España, quien prefirió confabular con los adversarios en una cuestión fundamental, que es el Sahara marroquí, y hace una clara distinción entre, por un lado, el pueblo español y algunos dirigentes políticos con visión de futuro que valoran la amistad con Marruecos y la buena vecindad, y por otro lado, algunos círculos políticos, gubernamentales, mediáticos y de la sociedad civil que pretenden instrumentalizar el Sáhara marroquí y perjudicar los intereses del Reino de Marruecos.