La industria del turismo en el Perú fue uno de los sectores más dañados por las protestas sociales en los diversos puntos en el interior del país. Juan Pablo Huanacchini Mamani, quien trabajó desde niño en el sector del turismo en el pueblo de Ollantaytambo, manifiesta que la ciudadela recibía a 4,000 visitantes al día, pero ahora está desierto.
Antes de la pandemia, Perú registraba 4.5 millones de turistas al año, por lo que esperaba su recuperación entre el 2022 y 2023, ante el descenso de casos Covid-19, pero con la crisis política se paralizó lo otra vez, motivo por el cual ha dejado consternados a quienes trabajan en el turismo, señala Huanacchini.
El director regional de turismo de Cusco, Abel Alberto Matto Leiva, dice que el 75 por ciento del millón de habitantes de Cusco «trabaja directa o indirectamente en el turismo. 9,000 guías, 5,000 porteadores (trekking), 2,500 agentes de viajes y toda una cadena» que comprende hoteles, restaurantes, taxis. Asimismo, unos 14,000 artesanos han visto prácticamente desaparecer sus ingresos.
Los bloqueos de carreteras, los cierres de aeropuertos y la suspensión del servicio de tren que da servicio a Machu Picchu han hecho que los turistas desconfíen de visitar la zona por temor a quedarse varados.
