A la Cancillería no se le maltrata

Por: Ricardo Sánchez Serra

Desde el inicio del estado de emergencia en el Perú, hemos estado preocupados por la situación de los peruanos varados en el exterior.

Cuando se dio la noticia del primer peruano infectado por el virus chino, la Cancillería convocó a los embajadores extranjeros y entre otras coordinaciones, solicitó que en sus vuelos de repatriación trajeran a los peruanos varados.

Los diplomáticos peruanos en el exterior empezaron a empadronar a todos, pero dando la prioridad para viajar a los vulnerables: ancianos, niños, embarazadas. Naturalmente hubo protestas de algunos, pero fue una decisión lógica e inteligente.

El fastidio se acentuó porque los aviones extranjeros, al principio, venían casi vacíos, ante la desesperación natural de los varados. El freno para traerlos era –según me informaron- debido a una decisión de una Comisión Multisectorial (¿?)

Entretanto, las embajadas y consulados se hacían cargo económicamente de los peruanos varados, otorgándoles alojamiento y alimentación.

Trabajo heroico de la diplomacia

Reitero que los diplomáticos peruanos se fajaron, trabajando con sumo empeño, con “alma, corazón y vida”. Varios de ellos, en el cumplimiento del deber, lamentablemente fueron contagiados por el virus chino. Otros están comprensiblemente estresados, pues la presión cae sobre ellos.

Demostraron su gran trabajo y sensibilidad, como buenos funcionarios. Lejos quedó esa percepción de algunos, por desconocimiento, que mencionaban que solo eran diplomáticos de cocteles. Nada de eso. Todo lo contrario, fueron unos patriotas, que reitero, dieron todo de sí.

El trabajo no ha terminado. Si bien el canciller Antonio Meza Cuadra afirmó hace una semana que se han repatriado a más de 12 000, aún quedan peruanos varados. Muchos vinieron, por la coordinación de la Cancillería, en los aviones de gobiernos extranjeros, en forma gratuita o en vuelos chárter, pagando algo el pasajero y la otra parte el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Paraguay, ¿una piedra en el zapato?

Se espera pronto los vuelos de Norteamérica, Europa o Asia. La Cancillería está coordinando con Argentina la repatriación de los connacionales en Sudáfrica. Es incomprensible, asimismo, la situación de los peruanos en Paraguay, un país tan cercano al Perú.

Cuarenta días varados en Asunción, sin ningún tipo de ayuda, es extraño frente a lo sucedido en otras naciones en donde nuestras embajadas fueron más dinámicas y lograron el apoyo económico del Gobierno.

Hasta el momento la Embajada en Paraguay es la única en el continente que no ha repatriado a ningún peruano. ¿Mala suerte? ¿Existe la mala suerte? ¿No se le apoyó porque la prioridad era otra? ¿O hubo dejadez en Asunción, por decir lo menos?

Autogoles

No conozco a la embajadora Milagros Castañón. Le antecede haber recomendado el cierre de la recién abierta Embajada peruana en Azerbaiyán –y que en solo un año solo realizó un concurso para niños- y que ella, en un Whatsapp al suscrito, afirma “Esa es una decisión del estado peruano, encabezada por el presidente de la republica” (SIC). Y añade “le reitero además, que el cierre de la misión en Baku no es un demerito… tofo lo contrario!  Infórmese” (SIC)

¿El cierre de una Embajada –y nueva- en un país estratégico es o no un demérito? Y peor, ¿“todo lo contrario”? Entonces, por lógica ¡Cerrar una Embajada es un mérito! Se esgrimen razones financieras para el cierre, a la sazón, ahorrar fue el mérito… ¡Eureka!

Perdónenme, pero no comparto ese raciocinio, más aún porque la Cancillería en su oportunidad había expresado “el interés que suscita Azerbaiyán deriva de la importancia de su situación geoestratégica, de su gran riqueza en hidrocarburos (petróleo y gas) y de su condición de pieza clave para el tránsito energético internacional. Estos factores, unido a la estabilidad política y el crecimiento económico, han dotado a Azerbaiyán de una presencia creciente en la escena internacional”. En mi opinión fue un autogol para el Perú.

La encrucijada paraguaya

Volviendo al tema de Paraguay, los peruanos en ese país, varados y algunos de la propia comunidad se quejan de la falta de atención de esa Embajada. La señora Castañón se defiende diciendo “No puedo hacer más de lo que estoy haciendo (…) Pretenden vuelos gratis y eso no podrá ser (…) No depende de mi… eso tampoco lo entienden (…) La gente se pone nerviosa.  Están comprensiblemente ansiosos y lamentablemente llegan a unos niveles increíbles de agresión verbal”.

De acuerdo a las versiones que he recibido de algunos de sus camaradas y de algunos peruanos en Asunción “su indolencia y mal carácter no la ayudan en esa función” y lo ha demostrado en sendos comunicados públicos con lenguaje marcial a los varados, como el del 27 y 30 de abril, especialmente, en donde amenaza a los peruanos de que si se portan mal “no se concrete el vuelo chárter (…) quedan advertidos (…) en el aeropuerto estará presente nuestro Agregado Policial…”

Habría que estar en sus zapatos, pero su despotismo y su intimidación son desorbitados, pues se les está tratando a los peruanos como forajidos. ¡Qué diferencia con el trato franco y duro, pero alturado, de nuestra cónsul General en Miami, a los jóvenes indisciplinados!

La diplomática señala en su último comunicado que “ciudadanos peruanos que se encontraban en la lista de pasajeros han amenazado e insultado al personal de dicha aerolínea (Amaszonas). Dichos ciudadanos han sido retirados de la mencionada lista. Han avergonzado a esta Embajada…”

Un problema humanitario que necesita personas sensibles

Si avergonzaron, en todo caso, fue al Perú. Ningún mal comportamiento debe ser permitido. Los peruanos están 44 días varados, hay que sopesar sus miedos, sus frustraciones, incomunicaciones, el empobrecimiento, el percibir que han sido abandonados.

Pero hay una luz al final del túnel. Las cancillerías peruana y uruguaya han logrado un vuelo Montevideo-Asunción-Lima-Montevideo, vía Amaszonas, para el 5 de mayo. Los que puedan pagar les costará 1 500 dólares, más 28 dólares de la tasa aeroportuaria. ¿Por qué no enviaron un avión Spartan por ellos?

En todo caso, se hizo el esfuerzo y los peruanos vienen a Lima, no a su casa, sino a guardar cuarentena en un hotel designado por el Gobierno. Dios y la Cancillería deberán evaluar a la diplomática peruana. A mí no me corresponde, solo narro hechos.

Golpe bajo a la Cancillería

Por otra parte, así como esta noticia es buena. Hay otra sumamente negativa. El Ministerio de Economía y Finanzas, no ha premiado el esfuerzo de la Cancillería, sino la ha castigado, recortándole el presupuesto en S/ 33.8 millones de acuerdo al Decreto Supremo N° 083-2020-EF, que representa el 12.5 % del presupuesto de ese portafolio, informó el portal “Gato Encerrado”, que hizo conocer el Memorándum N° SGG00030/2020 del embajador Francisco Tenya Hasegawa, secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores, y que añade un déficit presupuestal que llega en total a S/ 63 millones, por lo que rebajarían lo sueldos de los diplomáticos.

El Gobierno del presidente Martín Vizcarra debe recular, porque el recorte es absolutamente injusto, desproporcionado e inoportuno. La lectura de esa disposición es que, en esta crisis causada por el virus chino, se castiga a los que han trabajado incansablemente y todavía poniendo en riesgo sus vidas. El Ministerio de Relaciones Exteriores no merece ese trato. Su gente es patriota y merece más bien ser reconocida.

Repatriaciones

De otro lado, aún falta, igualmente, el arduo trabajo de la repatriación de los peruanos indigentes y que han perdido su trabajo por la crisis económica en todo el mundo. Es otro ítem trágico y humanitario, y que el Estado debe velar por ellos. Un tema pendiente, así como el regreso de los compatriotas a sus lugares de origen, que de 160 000 han regresado solo un poco más de 10 000.

Aquí cumplirían las Fuerzas Armadas una gran labor, con sus vehículos de transporte (lo hacen ahora parcialmente), teniendo la capacidad de hacerlo velozmente si el Gobierno lo ordena, previos exámenes médicos y que los gobiernos regionales dispongan la capacidad de mantenerlos en cuarentena. Es todo un caso que no depende solo del Gobierno Central.

Cuánto tiempo se hubiera ganado, desde que se inició el drama sanitario, repatriando a los varados con nuestros propios aviones de transporte, como el Boeing 737 (exavión presidencial), el Hércules, o los novísimos aviones italianos Spartan, por lo menos a lugares cercanos como Paraguay, todo el sur del continente y hasta México.

Como dijo el poeta César Vallejo “Hay, hermanos, muchísimo que hacer”. *Vicepresidente de la Federación de Periodistas del Perú. Analista internacional