“Mujer el mundo está amueblado por tus ojos, se hace más alto el cielo en tu presencia”, versa el poema de Huidobro. Hoy más que nunca el mundo estará amueblado por los ojos de miles de mujeres que celebraran el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha, reconocida por la ONU en el año de 1975, es un día para reflexionar por la igualdad y el papel de la mujer en nuestra sociedad.
El inicio de esta magna celebración tuvo su inicio en la bella ciudad de Copenhague, en Dinamarca. En el año de 1910, un centenar de mujeres de 17 países diferentes se reunieron para participar de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. Aquel evento tuvo como objetivo debatir sobre la igualdad de derechos, incluido el sufragio universal.
En aquel encuentro, la activista Clara Zetkin propuso declarar el 8 de marzo como el día internacional de la mujer, el respaldo fue unánime. Un año después, la felicidad y la tragedia acompañaron a la mujer en su lucha hacia la igualdad de derechos, en Europa, Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza celebraron el 19 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Una semana después, 140 mujeres fallecieron quemadas en la fábrica de Triangle de Nueva York, en los Estados Unidos. La tragedia repercutió en las autoridades gubernamentales, quienes pusieron más énfasis en las leyes que defienden los derechos laborales de la mujer.
La fecha cumbre que determinaría para siempre el 8 de marzo como un día especial para la mujer, sucedió en Rusia en 1917. En plena Revolución Rusa, miles de mujeres salieron a las calles junto con los obreros reclamando paz e igualdad. Luego de 48 años de tal importante suceso, la Organización de la Naciones Unidas (ONU) reconoció de forma oficial el 8 de marzo como El Día Internacional de La Mujer.
Hoy en día, la lucha por la liberación y la igualdad de la mujer sigue en pie. Miles de mujeres siguen inspirando valentía y valor. A lo largo de la historia, féminas como María Parado de Bellido, Clorinda Matto de Turner, Blanca Varela y María Elena Moyano han aportado a la independencia, la cultura, la igualdad y el desarrollo de la mujer en nuestro país; sin embargo, la mujer peruana sigue sufriendo actos de violación a sus derechos; aún resuena en nuestros oídos el verso de Vallejo:” Hay, hermanos, muchísimo que hacer”.
F.C.C.