Ricardo Sánchez Serra*
El embajador de Rusia, Igor Romanchenko, realizó una conferencia en la Casa Rusa, en la cual explicó que “el conflicto en Ucrania no es un conflicto entre este país y Rusia, sino entre Occidente y Rusia. Occidente está luchando por conservar su poderío en el mundo”.
El evento se realizó con motivo del 80º aniversario de la victoria contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial y el tercer aniversario del inicio de la operación militar especial en Ucrania. Fue muy concurrido, asistiendo congresistas, legisladores del Parlamento Andino, expertos en política, catedráticos universitarios, especialistas en Derecho, periodistas, militares en retiro y representantes de organizaciones internacionales.
Al referirse a la operación militar especial rusa en Ucrania, Romanchenko explicó que “el conflicto surgió, primero, por la guerra desatada por Ucrania en la región del Dombás, que causó 14 mil muertos en diez años. Segundo, la discriminación en Ucrania contra los millones de rusos-parlantes que viven en Ucrania y son ucranianos; prohibieron el idioma ruso en las escuelas y en la universidad, su cultura y no se podía ver la TV rusa. Había que defender sus intereses también. Ucrania incumplió los Acuerdos Minsk I y Minsk II, que nosotros firmamos y que preveían una paz verdadera, con garantes europeos, quienes después declararon que solo eran necesarios para suministrar más armas a Ucrania. Por eso hoy no aceptamos congelar el conflicto”.
Asimismo, prosiguió diciendo que, en tercer lugar, “la glorificación del nazismo, que es muy peligrosa. Cuarto, el avance de la OTAN hacia las fronteras de Rusia, faltando a su promesa de no hacerlo. No podíamos cerrar los ojos a este avance. Recuerdo que un periodista le preguntó a un senador estadounidense: ¿Qué pasaría si Rusia despliegue misiles en Cuba? ´Sería la guerra´, contestó el senador. Entonces para ellos es normal y comprensible, y lo que hizo Rusia es una agresión o violación de la norma internacional”.
Con respecto a las negociaciones que buscan una solución política del conflicto, aseveró que siempre estuvieron abiertos al diálogo, pero el mismo Gobierno de Zelenski, después de romper los acuerdos logrados en Estambul, aprobó la norma legislativa que prohibía las negociaciones con Rusia, y no se puede anular esta norma porque el Gobierno de Zelenski es hoy ilegítimo, su plazo expiró en mayo de 2024 y la Constitución ucraniana no prevé extender el mandato del presidente. “Entonces, no nos oponemos a la participación de Zelenski en las negociaciones, pero él no está autorizado a firmar nada”, acotó, mencionando que era un tema interesante desde el punto de vista jurídico y que las autoridades actuales norteamericanas lo entienden, por eso el señor Trump ya habla sobre la necesidad de elecciones en Ucrania.
También se refirió a las recientes conversaciones en Riad entre los cancilleres de ambos países, cuyo tema principal fue mejorar en todo ámbito las relaciones bilaterales, tanto comerciales como diplomáticas, así como conseguir la estabilidad en el mercado energético y la situación geoestratégica en el mundo. Además, discutieron la solución del conflicto de Ucrania.
Afirmó que fue una reunión positiva y constructiva, aunque no se llegó a un acuerdo completo. «Somos partidarios de juzgar por los hechos, no por las palabras. Las palabras eran constructivas, veremos qué pasa con los hechos», aclaró.
“Como señalamos antes no aceptamos los ofrecimientos de un alto al fuego o un armisticio, que permita a Ucrania rearmarse. Nosotros pensamos que el acuerdo desde el inicio debe ser de largo plazo. Queremos una paz duradera para todos y no para ganar tiempo”, sentenció.
Indicó que las tropas rusas están avanzando en Ucrania en todas las líneas del frente y que “el avance es lento porque se está respetando la vida de los civiles y de nuestros propios soldados”.
Segunda Guerra Mundial
“Para Rusia, la Gran Guerra Patria nunca será olvidada. Hemos perdido cerca de 30 millones de vidas humanas. No hay ninguna familia en Rusia, que no haya perdido a algún miembro o que no tenga a alguien que resultó herido durante la guerra. Por eso, en todas las ciudades se conmemora el Regimiento Inmortal, en donde las personas llevan flores y muestran las fotos de sus parientes que participaron activamente en la guerra”, puntualizó el diplomático ruso.
“Sin embargo -agregó- vemos que otros países aliados, que perdieron mucho menos miembros, como algunos países de Europa o América, empiezan a olvidar la verdadera historia de aquellos acontecimientos. Muchos piensan que dentro de los aliados el papel primordial lo jugó Estados Unidos, quevalgunas naciones europeas participaron y que los rusos también, pero su participación no tuvo gran importancia. Esto no corresponde en nada con la verdad. La mayor carga de la victoria la tuvieron las tropas soviéticas”.
El embajador Romanchenko criticó que, en la actualidad, las autoridades polacas no inviten a Rusia a los recordatorios de los campos de concentración en su territorio, que fueron liberados por las tropas soviéticas, salvando a miles. Ni siquiera mencionan su crucial papel. En Perú también se conmemoró una actividad similar en el Museo del Holocausto, y se ignoró la participación rusa en la liberación de los campos de la muerte.
“No se trata meramente de un tema protocolar, sino que tiene una connotación más profunda: reescribir la historia y subestimar el papel de la Unión Soviética en aquella guerra. Esto trae tristeza y es grave que se pretenda minimizar u olvidar la tragedia que el nazismo trajo a Europa y al mundo. Es inaceptable perdonar y hasta condecorar a los criminales de guerra nazis en algunos países de Occidente, como Canadá. Además, aquellos que hicieron el trabajo sucio para los nazis, matando a polacos, rusos y judíos, ahora son considerados ‘héroes’ (en Ucrania), siendo criminales.
Aparte de provocar tristeza, esto genera el deseo de explicar a los jóvenes y que conozcan la verdad. finalizó, para dar paso a las preguntas de los expertos.
«Hombres de Cristo. Nuestro tiempo»
Luego de la conferencia del embajador, se proyectó la película «Hombres de Cristo. Nuestro tiempo», del aclamado cineasta serbio, Emir Kusturica. Este documental destaca la persecución que ha sufrido la Iglesia Ortodoxa Ucraniana en Kiev y profundiza los crímenes cometidos contra la iglesia y sus seguidores, resaltando la difícil situación que enfrentan en la región.
El filme cuenta, a través de varios testigos y víctimas, la tragedia de los creyentes ortodoxos en Ucrania. Su importancia radica en que se difunde un tema ignorado por la humanidad y que sensibiliza sobre las injusticias y violaciones de derechos humanos que ocurren en el contexto de conflictos religiosos y políticos.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha acusado a las autoridades ucranianas por sus acciones represivas contra la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, que socavan gravemente la libertad religiosa en el país. Igualmente, el Papa Francisco criticó dicha persecución, expresando su preocupación por la libertad de culto en Ucrania y afirmando que «las iglesias no deben ser tocadas”.
Los asistentes al evento aplaudieron el valioso filme.
*Premio Mundial de Periodismo “Visión Honesta 2023”
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En la Casa Rusa se presenta la exposición «Acusamos» del renombrado fotógrafo Sergey Venyavsky. Esta muestra fotográfica incluye impactantes imágenes del Dombás y otras ciudades rusas que ilustran los ataques ucranianos contra la población civil.