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La Embajada de Rusia rechaza firmemente la declaración publicada el 27 de febrero en el periódico El Comercio y firmada, en su mayoría, por los países miembros de la OTAN.
No se puede olvidar que la escalada de la situación en Ucrania se debe exclusivamente a la política expansionista de la OTAN que hacía caso omiso a los legítimos intereses de Rusia y reiterados llamados a cumplir sus obligaciones de la no ampliación de la OTAN hacia las fronteras de nuestro país. Ucrania inició sus relaciones con esta organización en 1992, y desde 2008 y más activamente desde 2014 encaminó su rumbo a hacer parte del bloque, violando su propia Constitución y la obligación de ser un Estado neutral y no alineado. Para colmo, en diciembre de 2021 según la información obtenida por las autoridades competentes rusas se han desplegado 10 mil militares de los países de la OTAN para entrenar a las fuerzas armadas ucranianas y sobre el incremento del suministro de armas a dicho país en 2021 por el monto de 2,5 mil millones de dólares y en 2022 – 300 mil millones.
Se conoce también sobre la creación de laboratorios biológicos de la OTAN y el despliegue de al menos 3 bases militares de la OTAN, los así llamados “misiones de entrenamiento”. Es más, el gobierno de Kiev ha declarado la posibilidad de anular el memorando de Budapest de 1994 sobre las garantías de seguridad para Ucrania a cambio de abolición de las armas nucleares, lo que implicaría restablecer su estatus nuclear. Nosotros insistíamos en resolver una posible confrontación de forma negociada. Pero las negociaciones propuestas por Rusia para crear garantías de seguridad igual e indivisible para todos los estados no tuvieron ningún resultado.
No se puede olvidar que la Unión Europea y EE. UU., persiguiendo sus intereses – recursos, territorio, etc., han enfrentado dos pueblos hermanos, unidos por su historia y cultura común.
El Occidente prácticamente ha impuesto en Ucrania un gobierno títere nazista que llegó al poder después del golpe de estado en 2014. Los que no lo apoyaron –ahora las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk– durante 8 años sufrieron todo tipo de violencia desencadenada por el gobierno ucraniano en su contra. A raíz de esta guerra y un verdadero genocidio han muerto más de 14 mil personas, en su mayoría civiles. Los fusilaban al azar, bombardeaban sus hogares, imponían un bloqueo energético y de abastecimiento de agua, no pagaban sus pensiones sociales. Durante los 8 años los países occidentales, los así llamados “luchadores por los derechos humanos” pasaban por alto todos estos hechos.
No se puede olvidar que Joe Biden, hipócritamente declarando que no es un enemigo para los rusos, ha introducido sanciones severas que afectan la gente de a pie.
Ahora, en vez de contribuir a la desescalada del conflicto y la promoción de una solución negociada, los países de la OTAN, “pacificadores y tolerantes”, la llenan de armamentos de 500 millones de euros. Estas armas incluyen lanzagranadas antitanque, misiles antiaéreos, munición de artillería, etc. Lo que comprueba que su verdadero objetivo es prolongar el conflicto y realizar sus ambiciones con las manos de alguien, no les interesa el bienestar ni de Ucrania ni de Rusia. Se llama “tertius gaudens” – el tercero que saca el beneficio de la confrontación. Y ahora son patéticos sus llamados a cesar las acciones militares provocados por ellos.
Usted decide a quien apoyar.
Embajada de la Federación Rusa en el Perú
