Miles de personas protestaron el pasado viernes contra el racismo en Portland. Las consignas Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan) y Sin justicia no hay paz estuvieron presentes otra vez en esta ciudad del oeste de Estados Unidos, que hasta la fecha lleva más de 60 días de protestas por la muerte del afroamericano George Floyd.
La madrugada del viernes quedaban unos pocos manifestantes con bastones de hockey y hasta sopladoras de hojas para disipar el humo de las bombas de gas. Sin embargo, no hubo señal de la policía que tenía como objetivo restablecer el orden público según acuerdo del gobierno de Trump y la gobernadora Kate Brown.
La presencia de la policía en Portland ha agravado la situación en anteriores ocasiones, sobre todo tras la divulgación de videos que mostraban a manifestantes arrestados por agentes en autos sin identificación. Travis Hampton, el superintendente de la policía estatal de Oregon, dijo que sus oficiales no vestirían trajes antimotín, como los federales, sino que ofrecerían un aspecto amigable para calmar las protestas.
Por su parte, la gobernadora Brown se muestra en contra de las decisiones del mandatario Trump. “Creo que ya hemos tenido suficiente fanfarronería política de (Washington) DC”, escribió Brown en Twitter. “El plan del presidente para dominar las calles de las ciudades estadunidenses ha fracasado”.
Según el acuerdo alcanzado el pasado miércoles, las fuerzas federales empezaron su retirada desde el pasado jueves para disminuir la violencia en las protestas, ya que la presencia de la policía aumentó la tensión entre los manifestantes.
N.M.O.M
