Siempre se ha tenido la creencia de que el cambio de estado en la luna ha influido en nuestro comportamiento. Así, surgen historias de personas que se transforman en hombres lobo al salir la luna llena, entrando en un estado animal. Aunque estas son leyendas que nos contaban nuestras abuelitas, el hombre siempre se ha cuestionado si existe alguna conexión entre nuestro satélite natural y el ser humano, sobre todo durante el proceso de nuestros sueños.
Un estudio de 2013, realizado por Christian Cajochen, investigador del Psychiatry Hospital of the University de Basilea (Suiza), demostró que la luna llena provoca que al sujeto le cueste más tiempo conciliar el sueño, no descanse bien y las horas de sueño disminuyan (unos 20 minutos menos).
Se analizó los ciclos de sueño de 33 personas durante un periodo de tres años. Gracias a esto, se pudo recoger datos exactos de que existe una conexión entre las fases de la luna y el sueño humano. Esto se incrementó cuando la luna completaba su forma, durante ese proceso las personas comenzaron a bajar sus niveles de melatonina y aseguraron que se sentían más cansados al levantarse.
Gracias a esta investigación se ha podido comprobar que existe un vínculo entre el sueño y la luna llena. Aunque no se sabe con exactitud el porqué de esta conexión, se cree que existe una relación con nuestros antepasados, a quienes les costaba conciliar el sueño durante esta fase. A pesar de que ahora los hombres no descansan en cuevas, esta respuesta o reacción física puede ser transmitida durante las siguientes generaciones.
C.V.M
